Hace 21 años, después de los estudios y procesos requeridos, el Papa no quiso dejar pasar por alto la gran labor y vida de entrega de nuestro fundador. Así, en la plaza del Vaticano, se vivió una gran fiesta cuando lo nombraron como el Beato Padre Zegrí. A día de hoy, nosotros somos su legado, y así queremos continuar su obra. Todo para el bien de la Humanidad, en Dios, por Dios y para Dios. Con alegría hemos celebrado el aniversario de aquel día, con diferentes actividades y una oración especial, para que siempre lo tengamos presente y sea la caridad la que dirija todas nuestras acciones, hoy y siempre.
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